Entrevista amb Miriam 'Matahari', veu de La Kinky Beat. “Hablamos el idioma de la música”

martes, 23 de septiembre de 2008


La Kinky Beat és un dels grups amb major projecció internacional de Barcelona. Amb una mitjana de 100 concerts a l’any, aquesta formació porta un ritme frenètic que els ha portat a fer gires per Alemanya, França, Itàlia i la resta d’Europa. Ara es preparen per assaltar el continent americà, però abans els toca presentar el seu nou treball, ‘Karate Beat’, a Barcelona, el lloc que els ha vist néixer. Serà avui, a la fàbrica Fabra i Coats.

¿Qué supone para La Kinky Beat actuar en el BAM?

El rollo no es tocar en el BAM, sino en Barcelona. Dicen que jugar en casa supone dos cosas, aunque yo la buena no la veo (risas). No es que sea negativo, pero el público de Barcelona siempre es un poco crítico. Aún y así estamos muy contentos, sobre todo porque es una oportunidad para presentar nuestro nuevo disco, que todavía no lo hemos hecho en Barcelona.

¿Barcelona es ‘kinky’?
Mi barrio sí. Tiene un toque.

Hace ya unos cuantos años que surgió la formación, ¿con qué intención lo hicisteis?
La verdad es que fue todo bastante accidental. No hubo un objetivo definido hasta que no nos vimos realmente metidos en todo el envolado. En los inicios nos juntábamos para tocar sin ninguna intención más que pasar el rato.
En aquellos momentos todos estábamos con diferentes proyectos y no había una idea clara de formar una banda. Nos lo encontramos de morros. Ahora mismo a fin de cuentas es todo lo mismo, hacer música, buscar, investigar, encontrar y tocar. Todo lo demás es un regalo.

En un principio érais más una banda de directo que de disco.
Sí, es así. Teníamos una maqueta grabada, que después se convirtió en una pequeña promo, y de ahí empezaron a surgir conciertos. El objetivo era tocar en directo, liarla un poco y pasárnoslo bien.

Tres discos en poco más de dos años y sin parar de dar conciertos, ¿cómo se lleva esto?
Te tiene que gustar. Es duro estar fuera de casa mucho tiempo y es una lucha continua. Yo sigo haciéndolo por que la balanza tira a positivo y vale la pena.

Vuestro último trabajo lleva por título ‘Karate Beat’. ¿Qué relación hay entre el kárate y La Kinky?
Escogimos el tema del krate por su lado más místico, el de la disciplina, el trabajo, la constancia. Era un nombre que definía muy bien el momento.

¿Porqué os habeis decantado en este disco por la electrónica?
No fue una cosa premeditada, fue un proceso. Un cambio arriesgado que teníamos que hacer. Seguir haciendo temas que nosotros ya no nos creíamos sería rozar lo falso. Escuchamos todo tipo de música, entre ellas la electrònica y nos sentimos a gusto.

¿Cómo un grupo multilingüe y de Barcelona, que tiene hasta algún tema en euskera, no ha grabrado ningún tema en catalán?
Tenemos algún tema en catalán que no está en los repertorios y que no ha llegado a estar nunca en ningún disco. Si no está incluido es porque ese tema no nos convencía como para grabarlo. No hay doble fondo. Somos catalanes y simplemente es una cuestión de feeling de la canción. Realmente hablamos el idioma de la música.

¿Hacia dónde se dirige La Kinky?
Si el futuro se plantea como prolongación del presente ya nos va bien. Nosotros queremos tocar, queremos grabar discos. Tal y como está el panorama tenemos la suerte de poder hacerlo y creo que somos afortunados. No estamos pensando en un futuro en el que salgamos por la tele. Vamos a por lo que hemos ido desde el principio: hacer directos, discos y mantenernos.